Bienvenidos a otra noche de sueños movidos.

Esta vez se trata de ver entrar un montón de polillas revoloteando y mis intentos por eliminarlas. Por un lado, las traté como insectos, por eso quería acabar con ellas y, por otro, recordé que no debía, que me traían un mensaje y que quizás, podía ser positivo, tipo “Silencio de los Corderos”.
He leído que ver a polillas en sueños representa la transformación de lo negativo, ya sea una situación o uno mismo. Es decir, se trata de temporadas de cambios, donde es necesario utilizar sabiduría y fuerza interior para que todo termine de forma adecuada.
¿Y si quiero eliminarlas?
“Esto hace mucha referencia a varios problemas que estás teniendo, muchos conflictos de los cuales necesitas huir. Estás pasando por muchos desafíos o también puede ser que estén por venir”.
Totalmente cierto, pensé. Lo que más me llama la atención, además del hecho de que algunas personas sueñan y recuerdan en todo o en parte lo soñado y otras no tienen consciencia del sueño, es el por qué tu cerebro transforma ciertos mensajes en estas imágenes y situaciones alegóricas. Mis sueños tienen colores, música, voz e incluso olores, sueño a veces auténticas películas que transitan entre géneros, como una opera prima de un director nobel perdido.
Y entre estos sueños, mi esfuerzo diario de librar batallas que por ser pospuestas –burocracia eterna-, debilitan este espíritu guerrero que no quiere darse por vencido.
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