Entre mis rutinas diarias, tengo la «obligación» de pensar críticamente sobre mí en el momento presente y mi yo a lo largo de mi vida biológica. La madurez y la inteligencia emocionales ayudan a que puedas interpretar adecuadamente y con perspectiva tus decisiones, tus anhelos y tus errores, pero un extra nunca viene mal. Para ayudarte en momentos en que ni siquiera el discurso racional sirve -o tu parte amiga está medio dormida- la lectura de ciertos conceptos y herramientas psicológicas resulta tremendamente útil.
KIGAI: una razón para vivir. Tu propósito. La búsqueda del «Loco»
El Ikigai es el centro donde confluyen pasión, misión, profesión y vocación es el Ikigai de cada persona para los japoneses. Y no es fácil, ¿verdad? Especialmente lograr recibir un salario por algo que haces bien y que, además, te gusta.
Encontrar el Ikigai supone encontrar lo que haces bien y, además, te apasiona, por lo que te permitirá tener muchos momentos de felicidad en tu día a día.
A veces no comprendemos que no tenemos o hemos perdido el propósito de nuestra vida. El Loco, en una de sus acepciones, te invita a preguntarte qué te gustaba hacer en tu infancia, cuando tu espíritu era puro y libre. Las convicciones e imposiciones de una sociedad que cada vez se mueve más rápido te hacen creer que tu razón de vivir se identifica plenamente con el éxito social coyuntural. Puede que sea así y puede que no.
ICHIGO ICHIE: un momento, una oportunidad. El Enamorado que alcanza La Templanza.
Esta palabra surge de la ceremonia del té en Japón, una ceremonia a la que se le da una especial importancia y donde se cultivan los cinco sentidos: el sabor del té, su aroma, la belleza de los utensilios que se utilizan en la ceremonia, el gusto a través del sorbo y aprender a escuchar todo lo que rodea a la ceremonia. Enfocarse en todo ello aporta paz, serenidad y equilibrio interior.
En mi vida, este concepto lo hago mío pensando en que cada momento puede ser el mejor del día. Creo que lo que se hace, si se hace de forma consciente y lo más armónica posible, merece la pena. Desde asearte reconociendo tu cuerpo hasta utilizar una vajilla o servicio para la comida que te guste. Podría ser la unión del Enamorado con la concreción de su ángel en La Templanza. La felicidad supone la suma de micromomentos, de destellos de luz.
KAIZEN: pequeños pasos, grandes resultados. Sigue a la Fuerza.
Se trata de la unión de dos palabras japonesas ‘kai’ y ‘zen’, cuyo significado conjunto es la acción del cambio y la mejora continua, gradual y ordenada.
Adoptar el Kaizen es asumir una mejora continua evitando los desgastes en cuestiones que no aportan nada. Para practicar el Kaizen se debe comenzar por tomar una decisión y se debe comenzar a trabajar de una manera progresiva en el tiempo. Identificar un objetivo. Si este es grande, divídelo en pequeños tramos que te conducirán a ese gran final (Mundo).
La habilidad para desarrollar el Kaizen es la perseverancia, el esfuerzo continuado para conseguir pequeños hitos que, sumados, te conducirán a un gran resultado.
El Kaizen se puede utilizar perfectamente para conseguir la actitud Ichigo Ichie y, también, para encontrar tu Ikigai.
La Fuerza puede representar esa perseverancia, esa lucha desde el corazón llegando al equilibrio con la razón, ese domar tu instinto al mismo tiempo que lo escuchas.
¡Espero que os sirva y os guste!
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