Carl Jung tiene el gran mérito, desde mi punto de vista, de no desmerecer ninguna fuente, cultural, científica y folklórica a la hora de abordar el análisis de sus demonios que tienen mucho en común con los de todos.
Sus vivencias, traumáticas, dieron vida a este texto que no se publicó hasta 2009, nacido de su ruptura con Freud debido a sus discrepancias metodológicas generando una separación intelectual en 1913. De esa situación, llamada de diferentes formas (enfermedad creativa, un ataque de locura, una auto-deificación narcisista, una perturbación mental con episodios psicóticos, un proceso de reencuentro con el alma), surge este texto clave para entender la obra y el pensamiento de Carl Gustav Jung, permaneció custodiado en la caja de seguridad de un banco suizo durante años. Los herederos del psiquiatra se negaron a que fuera expuesto al público, editado o incluso consultado por los expertos en la obra del suizo. Quizás lo vieran, a él y sus demonios, demasiado expuesto.
Desde el punto de vista narrativo, el Libro rojo es una especie de epopeya en la que un hombre que ha perdido su alma, el propio Jung, sale en su búsqueda y acaba recuperándola después de vivir mil y una aventuras y superar diferentes peligros. La búsqueda de la luz, peregrinaje de un hombre en el descubrimiento hacia Dios, con la ayuda de la razón (Virgilio) y de la fe (Beatriz) en la Divina comedia. No sólo reflexiona, también ilustra el texto.
Pone fin a sus reflexiones cuando en 1928 Richard Wilhelm le envía un ejemplar recién traducido al alemán de Flor de oro, tratado taoísta y alquímico. Jung entiende que debido a esta publicación, su “Libro rojo” había encontrado su lugar en la realidad, a pesar de incorporar numerosos elementos procedentes de muchas disciplinas, incluida la Alquimia.
Aunque en 1959 intentó retomar la obra para incorporar un último fragmento dedicado a la muerte, finalmente no fue capaz y decidió escribir un último diálogo entre los personajes principales de la mujer, el viejo y la serpiente, (ejes de su teoría) que aunque era una forma abrupta y no demasiado convincente de acabar la narración, al fin y al cabo era un final.
Os dejo el enlace al pdf de este manuscrito:
https://www.instituto-integra.com/wp-content/uploads/2017/05/el_libro_rojo_jung_carl_gustav.pdf
Y a sus ilustraciones: