El sentido primario de esta carta, alegría, fiesta, celebración, para algunos autores, suele centrarse en el sentido de crisis, aún más en el plano afectivo. De manera que cuando un arcano se repite en los últimos post en el tema afectivo me gusta indagar un poco más en el sentido que encierra, porque nos acostumbramos a usar o abusar del sentido de un arcano olvidando otras facetas.
Vamos a examinar las perspectivas de mis autores favoritos, de los que aprendo constantemente en uno de mis «refritos» personales. Este es el segundo que hago sobre este arcano, esperando aportar algún detalle más relevante.
Lo primero que viene a la cabeza cuando pienso en el 8 de copas es presisamente en que son muchas copas; así, se alude a la satisfacción, alegría, fiestas, espectáculos, salidas (nocturnas), premios, regalos y recompensas, algo que nos da alegría sin olvidar el contenido de pudor pues el 8 de copas representa a una jovencita rubia, lo mismo que el de oros a una morena. Carta dudosa, no siempre se sabe qué nos quiere decir, de ahí que personalmente no me guste mucho que aparezca como problema, pues he visto desde crisis personales, pasando por infidelidades, problemas de adicción, alchohol o ludopatía. Esta satisfacción resaltada en su vertiente invertida por Laura Tuan es la comprensión espiritual y aceptación que resalta J.A Portela. Con el sentido de contención ante el exceso de «disfrute», Margarita Arnal destaca el autocontrol de lo propio para satisfacer al amado, la renuncia de uno mismo para otro, es decir, el desinterés y el abandono (material) que J.A Portela destaca como esencia propia de la carta. Este autor parte de una comprensión de la realidad, para madurar psíquica o psicológicamente, replantearnos la vida, especialmente lo material y perder el interés hacia cosas que nos parecen supérfluas cuando antaño eran muy importantes. Aquí, hay un segundo apunte: esa evolución se explica porque el sujeto no es feliz, e intuye que debe haber algo más. En esa crisis previa a la crisis (el 9), si se está en pareja puede resolverse solo o en conjunto. El problema de la solución en pareja es que media un sentimiento por parte de uno de los dos de sacrificio o control, como si no fuese posible hablar en la misma sintonía, sí en el mismo idioma pero no frecuencias distintas, podemos sentirnos separados de todos aunque estemos en el mismo árbol. Por éso, Jimena Fernández Pinto dice: «Hay que buscar y definir nuestras raíces emocionales», ¡como si eso fuera fácil! Así, propone la autora, el reto consiste en vaciar lo que está lleno y llenar lo que está vacío por contenidos más originales y aquí precisamente es donde se soluciona la crisis definitivamente, en pareja, digo.